El peso
del
STORYTELLING
En toda historia existen tres componentes
vitales a considerar: el personaje, la audiencia y el mensaje. El primero es
quien conecta, quien nos hará sentir empatía o admiración; el segundo, el que
determina cómo comunicar lo que deseamos contar y; el tercero, la resolución
del periplo del primero.
¿Complicado? Para muchos, el storytelling
ha pasado de ser una tendencia para volverse una esencial realidad, sin embargo
la única realidad es que el contar historias siempre ha estado y estará. Lo
único distinto es que las marcas han entendido que el mensaje es tan importante
como la manera en la que se deba contar.
¿Cuentos?
Pero, ¿cómo funciona? Traducido al
español, storytelling es “narrativa de cuentos”. Es decir, contar cuentos y, la
verdad es: ¿Quién no ha contado uno alguna vez? Todos tenemos la capacidad para
hacerlo pero no todos la capacidad para hacerlo bien.
¿Por qué? ¿Qué es lo que falla? Aunque mucho se diga, la conexión no sólo se da gracias a la creatividad, sino también a la investigación, porque para poder calar en quien nos escuche, debemos tener claro qué es lo que busca escuchar. Por ejemplo, para contar la misma historia tanto a un niño de 5 años como a un adulto de 46, habremos de usar diferente tono voz, diferentes palabras y hasta quizás diferente secuencia; se trata de conocer al target y elegir cómo contar lo que queremos contar: la audiencia.
Una vez que la forma quede clara, ¿qué es
lo que vamos a comunicar? Toda historia termina con una moraleja, una
enseñanza, una realidad. Y es aquí donde muchos no terminan de entender que el
personaje es el reflejo del mensaje. Para poder entender esto de manera clara,
debemos recordar la secuencia clásica de los cuentos: inicio, nudo y desenlace.
El nudo no es más que liberar oxitoxina; pura empatía o sentimiento aspiracional. Es la presentación del conflicto, sea interno o externo: qué es lo que sucede con el personaje y cómo, mediante sus acciones o manera de pensar, nos podemos llegar a conectar con él o ella. Básicamente es una toxina que nos hace sentir más humanos, más cercanos. Y, ¿por qué esto es importante? Porque, si bien es cierto que el consumidor, en general, se vuelve cada vez más analítico al momento de comprar, el storytelling se basa en la única premisa de generar empatía o aspiración.
La Brecha
El target se sentirá identificado con el
personaje o con el mensaje, el top of mind será más fuerte y la marca será más
humana.
Y es que, aunque la brecha entre
sentimientos y objetividad sea cada vez más corta, una buena historia siempre
prevalecerá.